Desarrollando el Lenguaje: El Poder de las Cuatro Necesidades Fundamentales

Desarrollando el Lenguaje: El Poder de las Cuatro Necesidades Fundamentales

Todos los niños nacen con el potencial para desarrollar el lenguaje, como afirmaba María Montessori (1986): «La madre no enseña el lenguaje al niño, sino que este se desarrolla naturalmente en él como una creación espontánea». Es por esta razón que se deben satisfacer cuatro necesidades fundamentales para el desarrollo del lenguaje:

1. Un aparato auditivo sano y funcional: más allá del simple hecho de escuchar bien con claridad, es importante que lo que se escuche llegue correctamente al cerebro, con una adecuada clasificación neuronal.
2. Un aparato vocal sano y funcional: el aparato vocal no se limita únicamente a las cuerdas vocales que producen los sonidos, sino que también involucra el aparato respiratorio. Se requiere una respiración adecuada, así como el correcto movimiento de la lengua y los músculos faciales. A nivel neurológico, se necesitan conexiones neuronales adecuadas para este proceso, así como el funcionamiento apropiado de las áreas encargadas del lenguaje expresivo.

Estas dos primeras necesidades no dependen del adulto, ya que se desarrollan dentro del útero durante el embarazo. Sin embargo, es responsabilidad del cuidador primario ofrecer ayuda en caso de que algo no funcione correctamente, ya que la evaluación profesional sí recae en ellos.

Las siguientes dos necesidades sí dependen del adulto, ya que es él quien proporciona al niño las condiciones necesarias:

3. Estar inmerso en un ambiente rico en lenguaje: un entorno enriquecedor es aquel en el que se utiliza el lenguaje para interactuar y comunicarse. El niño debe estar expuesto a conversaciones significativas y experiencias sensoriales que involucren el uso del lenguaje para establecer relaciones. Es responsabilidad de los adultos en el entorno proporcionar estas condiciones para que el lenguaje pueda desarrollarse adecuadamente.
4. El deseo de comunicarse: para que esto ocurra, debe haber alguien dispuesto a escuchar al niño. Esta disposición depende totalmente de los adultos. Si el niño intenta comunicarse y no recibe respuesta, perderá interés y su desarrollo lingüístico se verá afectado.

Conclusión: el desarrollo del lenguaje en los niños se fundamenta en cuatro necesidades fundamentales: un aparato auditivo y vocal saludable, un entorno rico en lenguaje y el deseo de comunicarse. Si bien algunas de estas necesidades se desarrollan de forma natural, otras dependen completamente de la interacción y el cuidado proporcionado por los adultos. Reconocer y satisfacer estas necesidades es esencial para fomentar un desarrollo lingüístico óptimo en los niños, lo que les permitirá expresarse y relacionarse de manera efectiva en el mundo que les rodea. Así, al comprender y apoyar activamente este proceso, contribuimos al crecimiento integral de las nuevas generaciones.